Cuando abrió el segundo sello,
oí al segundo ser viviente que decía:
"Ven". Entonces salió otro caballo, rojo;
al que lo montaba se le concedió desterrar de la tierra la paz
para que se degollaran unos a otros;
se le dio una espada grande.
Ap. 6,3-4
Hoy vengo a sublimar recuerdos en el tiempo
vengo a tomar los mares y guardarlos en mi chaqueta
reducirlas a una indescifrable centésima de segundo,
tan insignificante como las guerras que cuna allí tuvieron
para que de algún modo, propio de mi misticismo
sean olas solo en el árbol de la memoria.
Hoy vengo a robarme las nubes
el cielo, el infierno
vengo con un hambre pandesdructivo
propia de Hiroshima o de algún desastre de la historia
vengo a devorarme los sueños de los poetas
mostrarlos al mundo como las mentiras que son
y como duermen la consciencia
con sus laudes y vaticinios.
Hoy vengo a destituir a los gobiernos
hacerles saber quien realmente manda
y no sus manojos de egos y anhelos de poder
propios de un Prometeo apócrifo
los condenaré a una pena mil veces peor
a nadar por el Estigio ida y vuelta
y a robar ambrosia en las profundidades de Atlantis.
Hoy vengo a traer miseria al mundo
a robarme por mero placer pagano
todas y cada una de las ideas perdidas
a través del espacio y el tiempo;
encontrar la cura para el cáncer,
la solución para la tos viperina
y enterrarlas n lo profundo de la tierra.
Hoy vengo a descifrar las runas de Nazca
y a señalar el camino a la ciudad de los Césares
a abrir la senda al Miñche Mapu
y proteger las riquezas de Suiza a punta de sus propios demonios
a derrumbar la esfinge de Osiris
y a causar revuelo en la bolsa de valores.
Hoy vengo a provocar las más dura anagnórisis en el mundo
a hacerlos llorar de espanto al ver lo que han hecho
a expiar sus pecados
a punta de este arte
de esta destrucción del mundo
Hoy vengo a bramar por un Nobel para Borges
por un pedazo de metal malogrado
Hoy vengo a Invocar a los dos jinetes restantes
y terminar todo lo creado con un Apocalipsis
una revelación
y que este fin del mundo no les pille bailando.
