09 July, 2008

Mar término, mi ultimo viaje con ella

Las calles no eran iguales. Menos los transeúntes. Había pasado muchotiempo, y todo el fue perdido en la memoria. Ya no tenía razones para volver a ser el de siempre, pero en mi almatampoco había ganas de cambiar. Estaba inmerso en una vorágine devacíos absurdos, aquellos, de los que uno teme más que la muerte. Pero estaba allí, desnudo, congelado en el tiempo, imperfecto; todopor ser un mero constructo humano. El rey de las imperfecciones Caminé mientras la lluvia estilaba de mi cuerpo, ya no había másque hacer. Lo hecho, hecho estaba y no había más. Nunca me habíaarrepentido de nada, pero esta vez tenía miedo. Había desperdiciadotoda mi vida en el tranvía finito de mi empresa, la que ya estabaterminada. Me sentía como el ave enjaulada por décadas, y que alsentir la libertad se acobardaba. O como el preso que perdió mediavida en la cárcel, y que ahora salía. Todo para él sería distinto,igual para mí. Recogí lo que quedó de ella. Era tan bella que dolía Había gastado mi vida en una mera obsesión. Había plantado árbolesdonde nunca hubo agua. Pero ella estaba imanada, me era imposiblealejarme de ella. Hiciese lo que hiciese, tenia la esperanza de quealgo brotaría en el terreno quemado de una guerra. Ahora todo meparece insulso, carente de todo sentido. Vagué toda la noche con ella a cuestas. Un muerto cargando a sumuerto. Bíblico. Ya amanecía. Se sentía la fría brisa de la huída de la noche.Anduve hasta sentir el salado escozor en mi cara, en mis llagas, enella. La liquida seguridad de ayer, se transformaba en nuestro sepulcro.Uno en el cual estaban prohibidas las flores, menos las rosas si esque son rojas. Las olas serían el eternizador perfecto a este dulcepecado. Una paga perfecta para cancelar la redención que perdí aldejarme llevar por aquel frenético viaje. Ya no sentiría nada, sólonavegaría sin ropajes hasta que el mundo deje de ser mundo. Pero conella, esa sería mi tortura. El mar acababa con todo.